"LAS ARAÑAS PUEDEN VOLAR"
Algunas arañas aprovechan las fuerzas electrostáticas para
elevarse en el aire. El fenómeno, documentado por el propio
Darwin, puede dar lugar a vuelos de distancias kilométricas.
Para entender mejor lo que sucede, sumerjámonos en los diarios de Charles
Darwin, quien fue testigo del fenómeno durante su largo viaje a bordo
del Beagle, entre 1831 y 1836. El ilustre naturalista narra que, en un día
calmo y claro, cuando la costa más cercana (la de Argentina) se hallaba a
un centenar de kilómetros, la nave fue de repente invadida desde el aire por
arañas de entre dos y siete milímetros de tamaño.
Darwin se fijó especialmente en la manera en que los animales iniciaban el
vuelo: las arañas llegaban a la cima de algún objeto, levantaban el abdomen
hacia el cielo, lanzaban hilos de seda de unos dos o tres metros de largo y,
entonces, despegaban según la horizontal con una rapidez más que notable.
Darwin anotó que una brisa leve y la convección del aire podían explicar
que el hilo de seda se elevase. También interpretó que el despliegue en
abanico de los hilos tejidos por una misma araña se debía a la repulsión
electrostática. Y estaba en lo cierto: había identificado claramente los dos
mecanismos físicos implicados.
En efecto, sin viento no hay viaje.
¿Las arañas son insectos?
Mucha gente piensa que las arañas son insectos, pero en realidad, se trata de dos familias muy distintas y que no tienen nada que ver una con otra. Los insectos, en cambio, tienen seis patas. ... Su cuerpo no se divide en dos partes sino en tres, porque su cabeza está separada del tórax.